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No hay deber que descuidemos tanto como el deber de ser felices

Robert Louis Stevenson

Las emociones no expresadas nunca mueren. Son enterradas vivas y salen más tarde en formas más feas

Sigmund Freud

Si abordas una situación como asunto de vida o muerte, morirás muchas veces.

Adam Smith

El corazón alegre constituye buen remedio y hace que el rostro sea hermoso

pero el espíritu triste seca los huesos. Prov. 17:22

Salomón

Si tu única herramienta es un martillo, tiendes a tratar cada problema como si fuera un clavo.

A. Maslow

Aferrarse al odio es como coger un carbón ardiente para tirárselo a alguien: eres tú quien se quema

Buda

El orden es el mejor sustitutivo de la falta de memoria.

Fred Noan

Normas básicas para manejar la ansiedad


Podemos definir la ansiedad como un estado emocional caracterizado por la anticipación de un daño o desgracia futuros, acompañada
de un sentimiento de disforia (emociones desagradables) y/o de síntomas físicos de tensión (sudoración, opresión en el pecho, taquicardia, temblores…). Alrededor del 4% de la población mundial sufre alguna problemática mental relacionada con la ansiedad.

En sí, la ansiedad es un mecanismo de defensa que posee nuestro organismo para hacer frente a posibles peligros y garantizar nuestra supervivencia, así, si nos encontrásemos en una selva en la que sabemos que hay animales salvajes, y de repente oyésemos un gemido que podría proceder de algún animal peligroso, nuestro cerebro interpretaría esa información como posible peligro inminente, acto seguido mandaría órdenes a nuestro cuerpo para activarse, respondiendo así a la amenaza (luchando o huyendo). Mandaría que nuestro corazón incrementase su ritmo, para poder mandar sangre a todos los músculos del cuerpo, nuestras pupilas de dilatarían, nuestro sistema digestivo se paralizaría y las glándulas sudoríparas comenzarían a activarse para poder refrigerar nuestro cuerpo tras la respuesta de lucha o huida.

Sin embargo, en muchos casos, la persona ha aprendido erróneamente a activar este sistema de defensa en casos que no era necesario, es cómo si apretásemos la alarma de incendio cuando lo único que estaba prendiendo era una vela. Si quieres leer más sobre el poder que tienen nuestros pensamientos pincha aquí

A continuación te traigo unas normas muy básicas para manejar la ansiedad, comenzando así a reeducar a tu organismo para que no dé esas respuestas de alarma cuando no son útiles.

 

  • Hábitos de vida saludables. Rutina equilibrada y sana. Si el día tiene 24 h podemos seguir una regla muy sencilla para mantener una rutina equilibrada: 8h trabajo, 8h sueño y 8h para comer (alimentación variada), ejercicio físico y ocio.

 

  • Prohibido evitar. Evitar es igual que alimentar los pensamientos que mantienen el miedo, es una forma de perpetuar el problema y dar más poder a los pensamientos que te incapacitan y en definitiva de aumentar tu ansiedad.

 

  • Si has entendido que el origen y el disparador de tu ansiedad son los pensamientos (la interpretación que hacemos de nuestro entorno) sabrás que es clave prestar atención a tus pensamientos para poder analizarlos y entender de qué modo están mediando tu ansiedad.

 

 

  • Vive el presente. La anticipación es una constante y una característica básica en la ansiedad, vivir siempre por delante del presente y además catastrofizar sobre el futuro (está muy relacionado con los pensamientos). La clave es vivir el presente, prestar atención únicamente a lo que ocurre en el momento de la manera más plena, con tus cinco sentidos.

 

 

 

  • Atiende a las decisiones que tomas. Cuando decidas hacer o dejar de hacer algo preguntarte los motivos y si es importante para ti. Si alguna decisión está mediada por el miedo o las inseguridades es mejor que no sigas adelante, ya hemos comentado, que huyendo o evitando hacer cosas por el miedo alimentamos los pensamientos catastrofistas, porque no nos damos la oportunidad de ponerlos a prueba y contradecirlos. No dejes que tu miedo decida por ti.

 

 

 


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